"The oh-so-horryfying story of a group crazy friends inside a forgottenly dark forest-ish place"

Esta historia no comienza hace mucho tiempo. Comienza nada más y nada menos que ayer. Ayer, un día aparentemente lejano pero evidentemente tan cercano, que a veces me da un poco de miedo. Pero nada podría ser tan espeluznante como lo sucedido ese día.

Corría el año del 2005 (jejeje) cuando un grupo de amigas hermosas; sensual cada una de ellas, se encontraban reunidas en casa de Adriana. Ella era una mujer con cientos de dones y habilidades pero describir cada uno de ellos no es lo que nos concierne en este momento, de lo contrario tendríamos que escribir libros enteros al respecto.

El motivo de esa reunión era simplemente la de pasar el tiempo juntas hasta que la oscuridad de las 7:00 pm invadiera al cielo definitivamente. Llegado el momento las amigas partieron hacia el parque Chamizal; en donde las esperaba una exposición de pintura, fotografía y música mística. Era un evento al cual toda Ciudad Juárez asistiría… si tan sólo hubiera sido verdad.

Al llegar al lugar se dieron cuenta que no había rastros de lo que debía estar aconteciendo, ninguna señal de vida más que un par de mujeres vestidas de negro que se acercaban a los pocos carros que se aproximaban, sonreían amablemente y les indicaban el camino que deberían seguir. Fue entonces cuando la duda y la incertidumbre invadió el alma de Mayela quien; además de conducir uno de los automóviles, era una mujer que odiaba las incertidumbres.

Sus ojos no las engañaban, pero los locutores de radio sí que lo habían hecho. El evento no empezaba a las 7:00… TERMINABA a las 7:00, por lo que las amigas decidieron regresar a casa de Adriana lo antes posible pero… pero…Qué era eso que brillaba entre los árboles y el infinito de la noche? Esas luces de colores hubieran podido hipnotizar hasta al más viejo habitante de esta tierra, porque no era una luz cegadora sino que se trataba de la mismísima luz de la diversión. Juegos mecánicos? Un parque de diversiones en medio del bosquecillo aquel? No podía ser real.

Las amigas se introdujeron en las tinieblas del bosque, de la noche, del misterio, de su sueño.Caminando en las tinieblas llevaban las miradas fijas en aquel lugar de ilusión. Las luces rosas eran las que atraían particularmente a Mayela, mientas que talvez las amarillas llamaban a Diana o quizá las verdes a Karina o las azules a Nicia; jamás podremos saberlo con exactitud. Seguían caminando sin mirar abajo, donde el pasto se prendía de ellas como si tratara de sostener sus pies para que no se acercaran más.

De repente silencio y oscuridad. Las luces desaparecieron.

Perdidas, las amigas dudaron unos cuantos segundos. En sus mentes aún recordaban el sitio exacto en el que el parque de diversiones se encontraba y fue por eso que continuaron. Ahora seguramente lo encontrarían sin vida, inmóvil, pero el sentimiento seguía siendo igual de intenso: Tenían que tocarlo con sus propias manos.

Al llegar al sitio indicado por sus corazones, las muchachas observaron aquel pequeño mundo de fantasía como si fuera un majestuoso molino relleno con lo que cada una de ellas considerara más preciado. Un molino listo para convertir ese valioso tesoro en polvo perfectamente fino y; quizá, comestible como un dulce. Fue entonces cuando Adriana miró atrás y descrubrió lo que nunca pensó descubrir. Parecía que habían caminado por horas y ahora no podía ver el final del bosque, sólo árboles y más árboles. Al voltear hacia sus amigas para hacerlas salir del trance en el que se encontraban, aparecieron ellos.

Eran diez, quizá doce. Las miraban con sus ojos de indescriptible intensidad desde cada rincón de su ensueño. Karina despertó un segundo antes de que Adriana las alertara, temerosa a causa del error que habían cometido. En un momento todas estaban conscientes de lo que sucedía, aterrorizadas por esos horrendos seres de color caramelo y chocolate. Cuando todas empezaron a retroceder, uno de ellos habló. En su lengua extraña alentó a las amigas a que se acercaran, a que no temieran, a que confiaran en la diversión que les esperaba. Ellas no se detuvieron.

Corrieron por donde la razón les decía que debía ser el camino correcto mirando hacia atrás, algunas corriendo de espaldas. Era difícil alejarse de tan bello lugar, de tan hermosa ilusión, de tan preciado polvo de molino mágico.

Cuando se cansaron de correr aun no habían salido del bosque y aun sentían las miradas de los seres extraños. Pero eso dejó de importar cuando Diana hizo el descubrimiento más aterrador de la noche. Justo bajo sus pies, se encontraba una gran figura circular hecha con un camino de azúcar morena, con una serie de símbolos delineados con azúcar refinada. Esta extraña confección era gigante y ellas estaban justamente en el centro. Como brujas en medio de un círculo con una estrella dentro, pintada en el suelo con gis y; por cierto, con el pico de la estrella hacia el sur.

Entonces, llegó la muerte. Antes de que pudieran pensar un pensamiento, sus vidas fueron arrancadas de sus cuerpos, los cuales se empolvaban con azúcar al caer sin piedad.

Pasada la tempestad, por la lejanía cinco luces de colores se encendieron, al mismo tiempo que se escuchó un dulce susurro. Fue un sonido breve que talvez se pudiera describir como la manera en la que un dulce de caramelo y chocolate se ríe en la noche, después de haberle causado dolor de estómago a un niño.




*Obviamente algunos eventos mencionados en esta narración son producto de la imaginación de la autora y no deben ser tomados como hechos reales.