Yo admiro al Marqués de Sade

Las extraordinarias novelas del Marqués de Sade suelen ser objeto de odio, producto del miedo que infundió en las personas de su época (los 1700’s) y aún de la nuestra. Sin embargo, el Marqués es una de esas personas que una vez muertas no se les ve como seres peligrosos, sino como rarezas que resultan interesantes e incluso atractivas dentro de su naturaleza grotesca. Hablo del mismísimo “inventor” del sadomasoquismo: Un monstruo.

Si intentamos conocerlo basándonos en los hechos que de hecho ocurrieron en vez de obedecer a los mitos populares, quizá podamos juzgarlo más equitativamente.

A menudo se deja a un lado su entorno histórico y familiar, como si narrar su vida consistiera en analizar a un loco extraño que nada tiene que ver con su época. Sade fue un personaje singular, pero no un caso aislado. El padre del Marqués era igualmente libertino, lo mismo se puede decir de la sociedad entera: para demostrar una posición económica alta era necesario contar con al menos un libro de historias eróticas.

La sociedad era hipócrita, por un lado se enardecía con placeres mundanos y por otro besaba la mano de los religiosos. Sade sólo se encargó de plasmar la realidad en libros.

Honestamente no creo que haya existido otro personaje capaz de llegar más lejos dentro del terreno la valoración de la libertad del ser humano. Lejos de adoptar un tinte morboso, hablemos de la trascendencia de este hombre, de lo bueno que nos puede enseñar. El Marqués de Sade tenía una filosofía de vida por la cual luchaba; según la cual vivió hasta el último de sus días aunque las personas hayan sido educadas con ideas demasiado concretas y simples como para concebir las suyas. ¿Cuántos tenemos el valor de hacer eso? Considero que muy pocos seres humanos han sido capaces de hacer hasta lo imposible siguiendo sus ideales.

Es triste que por lo general intentamos mantenernos dentro de los lineamientos sociales aunque por dentro pensemos que es erróneo, que las cosas deberían ser diferentes, que la sociedad tiene que cambiar.

Ok si, era un depravado, pero se requiere de un valor extraordinario para poder sernos fieles a nosotros mismos cuando todos piensan que estamos mal.