Hoy despierto

Mis ojos saludan a este nuevo día, en el que sé que no te veré. Decido esperar un poco sobre la cama, un poco más, para estar ahí cuando quizá por casualidad cruces mi mente. Nunca me quedas mal (¿O seré yo quien no lo hace?).

Sin embargo, también vienen a mi mente aquellas pequeñas risas de cabello dorado y ojos de color.

Son los silencios inevitables de esta clase de asuntos los que me hacen volver a la realidad, en donde no somos más que un pecado... como casi todo y todos.