Tres mil secretos.

Y cero corazones.

Delirio

P.D. Hoy no quepo en este brasier y mi blusa de botones ha explotado 2 veces... i hate boobs.

Confesión

Hay algo extremadamente sensual en un hombre que sabe lo que hace... y si no sabe, lo averigua... pero lo más importante es que: Lo hace.

Oh si

Los hombres atenidos son lo más anti-sexy del universo, porque ni siquiera saben dónde encontrar la mayonesa en su propio refrigerador o dónde está el cucharón para servirse la sopa.

Qué no-cool

Lo triste es que creo que algunos hombres se vuelven así (o siguen siéndolo) porque algunas mujeres los dejan.

Oh no

Lo siento. Si eres un hombre atenido, por favor no dejes tu correo electrónico en comments (porque conviviré contigo 3 segundos y después me enojaré). De lo contrario, deja tus datos después del tono.

>PIIIP<

Bah!

Es tan hermoso sentarse y ver a la nada. Es todavía más hermoso estar en el carro; tu santuario, pensando.

Son momentos tuyos, de nadie más. Cuando no tienes por qué fingir, tu rostro toma su aspecto natural y piensas tantas cosas (pequeñas y grandes). Son esos momentos cuando vas de lado a lado cuando puedes respirar, ser tú y quizá cantar a todo pulmon o guardar un fúnebre silencio.

Después te chocan, y todo termina.

Llamadas al seguro, discusiones, molestias, fotografías papeles y (lo que más pesa) mucho tiempo.

Tu santuario fue ultrajado, mordazmente tratado y ahora lo tienes que dejar en manos de alguien más. Adiós, carrito, adiós. Y nos vemos en 5 días.

Para ser honesta...

He concluido que uno nunca saca cosas buenas de ser honesto. Vivimos en un mundo de mentiras, donde las personas aprecian más una mentirilla que una verdad. Es un hecho: Para conseguir lo que uno quiere rápido y sin problemas hay que mentir.

He escuchado a algunas personas decir que soy de más de sincera, que eso me mete en demasiadas complicaciones... ¡Y lo hace!

Hola, soy Mayela y soy compulsivamente honesta.

*hooola maye*

Es muy fácil mentir, sobre todo para salir de situaciones difíciles. Cuando se dice la verdad termina uno metiéndose en problemas:

• La verdad, no he llamado. Déjame hablo ahorita.
• Tengo miedo.
• En realidad no sé cómo hacer eso.
• Me gustas mucho y disfruto estar contigo.
• Estoy cansada, de verdad sólo quiero dormir.
• De momento no me interesa. Gracias.
• De verdad, no me quiero pelear ahorita. Por favor.
• Sí, se ve mal.

Y mil ejemplos más. Pero nadie aprecia el esfuerzo que toma ser honesto, nadie valora la grandeza de haber tenido la opción de una salida fácil y haber tomado la decisión de meterse en complicaciones con tal de decir la verdad. Esto es lo que pasa: Las personas no toleran que les digan la verdad, así, simple y directo.

Pienso que no hay mensaje más claro que el simple y dierecto (SiDi). No da lugar a confusiones, malas interpretaciones o significados ocultos... sobre todo lo último, como que la gente no se la cree. Estamos acostumbrados a tener que averiguar lo que el realidad está diciendo la otra persona, que cuando nos topamos con alguien SiDi nos saca de onda.

Así somos... tratando de encontrar lo que hay detrás de las palabras dándoles la vuelta cuando éstas son de cristal.

¿No sería mejor empezar a tomar las palabras por lo que son? ¿Conscientizarnos y responsabilizarnos por el peso de lo que decimos? El mejor ejemplo:

-¿Qué tienes?

-Nada.

-Ah ok. Bueno mira bla bla bla bla.

-...

-¿Estás enojada?

-No...

-Ok, bla bla bla bla.

-¿Es que por qué nunca me haces caso? Estoy toda triste y tu sigues en tu rollo. (Sale llorando)

-... ¡¿Qué?!

Osea, si vas a decirme que todo está bien entonces no esperes que yo sepa que algo está mal. Y del mismo modo yo debería pensar que si te digo algo entonces tú lo tomas literalmente y no tengo porque ofenderme (o algo por el estilo) si tu no captas el "mensaje detrás del mensaje"... porque los mensajes ocultos no pueden ser buenos.

¿Sabes qué? Si tienes algo que quieras comentar, mejor dímelo. Nadie es adivino y la única manera de enterarnos de lo que pasa en tu vida es si lo dices... no puedo meterme en tu mente, así que cada palabra que digas es la única noción que tengo de lo que pasa en tu mundo interior. Así es! Así que cuando hables, date cuenta de lo que dices... y si quieres un abrazo, dilo. Si quieres golpearme en la cara, dilo. Si sea lo que sea, DILO FOR GOD'S SAKE!!!

Para mí, que tiendo a ser una persona SiDi, encontrar a alguien que no tiene miramientos para decir las cosas honestamente me ha sido bastante cómodo. Éstas dos personas son importantes en mi vida, porque no tengo miedo a decir las cosas como son, a ofenderlos porque no disfracé mi comentario con listones de colores y nubes de algodón... Cosa que también me mete en problemas con otras personas, porque todo el mundo quiere una respuesta linda en vez de una respuesta honesta. Todos quieren una frase linda en lugar de la realidad... pero ¿Sabes qué? Te equivocaste conmigo.

Así que si quieres decirme algo, dímelo así nomás. No pasa nada, así prefiero yo. Yo te invito, de verdad, a que lo digas como salga... porque si sólo se tiene a las palabras para decir las cosas resulta muy triste que ni eso podamos utilizar honestamente y sin temor. Es el único recurso que tenemos, hay que usarlo para decir la verdad.

Papa knows best

Reflexionando por los recovecos de mi corta pero tan larga vida, he encontrado algunas cosas de suma importancia que mi padre me ha enseñado a través de los años. Cosas reales, cosas que todo el mundo debe saber:

• No sólo hay que ser inteligentes, hay que actuar inteligentemente.
• Los platos no se lavan por estética, sino por higiene.
• Si vas a invertir, invierte en bienes raíces.
• Si vas al tocadero, te van a tocar.

Frases sabias indeed. Consejos de vida que se pueden traducir en "Sé astuta: Encuentra el verdadero propósito de lo que haces, piensa en el futuro y encamínate hacia la dirección correcta"... o eso creo yo que ha querido decirme...

La verdad es que quién sabe.

A lo mejor sólo quería decirme "¡Estás bien mensa, todo lo haces mal! Ya cómprate una casa para que te largues y no, no te doy permiso de ir de party esta noche."

Creo que nunca lo sabré.